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La agricultura biodinámica

La agricultura biodinámica se ha convertido en una de las formas de agricultura ecológica más populares.

Sin embargo, se trata de una práctica llena de pseudociencia con la que se engaña a muchas personas.

La agricultura biodinámica, o simplemente biodinámica, es una forma de agricultura originado a raíz de una serie conferencias impartidas por el pensador austriaco Rudolf Steiner (1861-1925) en Silesia en 1924.

Para quien no le conozca, Steiner es a su vez el fundador de la antroposofía, una pseudofilosofía que tiene entre sus “saberes”, además de la agricultura biodinámica, a la educación Waldorf o la medicina antroposófica.

Volviendo a la biodinámica, este enfoque agrícola considera la existencia de unas energías vitales naturales que fluyen entre los diferentes componentes de la finca, así como una conexión entre los procesos agrícolas y los movimientos de los astros.

El agricultor biodinámico, o biodinamista, actuaría como una especie de catalizador de esas energías vitales y cósmicas con el objetivo de mejorar las cosechas.

Esto se debe al interés de Steiner por la astrología y el ocultismo.

Como vemos, existen dos puntos que diferencian a la agricultura biodinámica de otro tipo de agriculturas ecológicas: la conexión con los astros y el esoterismo o misticismo ambiental/natural.

En primer lugar, esa conexión con los astros se podría entender como una suerte de astrología extendida a las cosechas.

De ella toma la idea de que la posición y el movimiento de los astros (ritmos cósmicos en sus palabras) influyen en los procesos biológicos.

Así, acuden a cuestiones astronómicas como el zodiaco o conjunciones y las vinculan a procesos de la vida de las personas (y plantas, en este caso) haciendo uso de terminología sin ningún tipo de rigor (energías, fuerzas…).

Sabemos que efectivamente hay procesos cósmicos que afectan a la vida en la Tierra (movimiento diurno del Sol, mareas…), pero no lo hacen de la forma en la que la astrología y otras disciplinas lo consideran.

Conocemos los mecanismos por los cuales dichos procesos afectan a la vida en la Tierra. Sin embargo, la astrología (como pseudociencia que es), es incapaz de proporcionar mecanismos serios, comprobables y repetibles.

Por otro lado, las evidencias en contra de las predicciones astrológicas son numerosas y no deben ser tomadas en cuenta en ningún aspecto vital.

Una frase que lo resume muy bien es que “correlación no implica causalidad”.

Dejamos la parte cósmica y pasamos a hablar de otro supuesto saber bastante cuestionable: el misticismo o esoterismo ambiental-natural.

Sus proponentes defienden que existe una energía, fuerza o “movimiento” cósmico que rige toda la naturaleza.

Para estas personas, tales energías y poderes se ocultan en parcelas de la realidad y pueden canalizarse mediante ciertas prácticas, rituales u objetos.

Eso parece bastante poco razonable y nada ajustado a los conocimientos científicos (físicos, biológicos…) actuales.

De esta forma, la agricultura biodinámica se ofrece como una técnica agraria eficaz en cultivos, basada en las patrañas astrológicas y místicas naturales para promover los productos cultivados bajo sus prácticas.

Entre las prácticas biodinámicas se encuentra el enterrar huesos y cuernos en forma espiral con estiércol y carne putrefacta dentro con tal de “atraer” las energías cósmicas y astrales, y disiparlas por todo el terreno de cultivo mediante la forma geométrica del cuerno.

También se considera el calendario lunar para fertilizar y regar, pensando que la luz lunar, su gravedad o su “poder” (¿?) influyen en los ciclos vegetales.

A veces incluso se realizan sesiones de euritmia, bailes esotéricos en grupo creyendo que eso ayuda al cultivo

Otras prácticas incluyen la realización de fertilizaciones similares de dudosa aplicabilidad.

Lógicamente, fertilizar suele ser de gran ayuda, pero no el ritual supersticioso adicional que se hace. Y sin la superstición no hay cultivo biodinámico, solo cultivo ecológico.

Por supuesto, muchos biodinamistas dirán que no realizan tales prácticas y que se limitan a mantener el terreno de cultivo bajo ciertos valores de fertilización, riego, etc.

Entonces no hay modelo biodinámico en uso, sino solo el típico modelo orgánico o ecológico.

A las bodegas biodinámicas se les adjudican sellos (Demeter) y financiación de bancos que promueven la antroposofía cabalística de Steiner (Triodos).

Sin embargo, tales etiquetas no dicen ni indican rasgo alguno real y relevante en la calidad material del vino.

El vino biodinámico no es mejor que cualquier otro vino ecológico, que a su vez solo gana en lo ambiental… pero tampoco es mejor nutricionalmente que otros vinos.

(Recordemos: es vino, la evidencia reciente muestra que el alcohol es inseguro ajeno a la cantidad/dosis)

Por todo esto podemos establecer que la biodinámica es pseudociencia o, más exactamente, una pseudotecnología agraria.

Se basa en combinar dos pseudociencias. Y dos pseudo-saberes no hacen un saber de rigor, sino un pseudo-saber al cuadrado.

Fuente: https://twitter.com/rodrigogpeinado

Publicado por José Martínez

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