Pues ya vamos viendo como avanza el año. Cristiano Ronaldo ya jugó este año en el Al-Nassr y pronto lo harán las más grandes estrellas del fútbol europeo. En la nueva temporada podremos ver a “el bicho” Ronaldo y a “la pulga” Messi competir por la liga de Arabia Saudí. Parece ser que el exazulgrana firmará contrato con el Al-Hilal esta semana y, el fin de semana, se desvelaba que Benzema también irá a jugar a esa liga. En el Al-Ittihad, concretamente. El que todavía está sin equipo, pero se reunirá en breve con sus amigos Cristiano y Karim será Sergio Ramos. No sabemos si para deshojar la margarita de posibles ofertas o la de ofrecerse a hacerlos crecer como ya hizo en el Real Madrid. Lo cierto es que, si en la industria sufrimos la “fuga de cerebros”, en el deporte sufrimos la fuga de estrellas (que no confundir con estrellas fugaces, aunque por la edad que tienen, creo que su paso por esa liga va a ser bastante fugaz).
Lo que sí tenemos que ver, aunque no queramos, es que el fútbol de hoy es más un negocio que un deporte. Y como un negocio que es, manda el dinero. No se puede competir contra los petrodólares. Por un lado, me da pena; pero por otro, sirve para que los equipos que han dominado los mercados durante tantos años, ahora se vean relegados a funcionar de comparsas. Hace tan solo 10 años, los jugadores de toda España querían que los fichara un “grande” por el estatus mediático que les aportaría y, también, porque se iban a forrar de dinero. Eso hacía que tanto el Barcelona como el Madrid (y alguno más), “robaran” a los jugadores que despuntaban en otros equipos más “humildes”. Con ello reforzaban sus plantillas a la vez que debilitaban la de sus rivales. Así también gano yo. Ahora el dinero árabe les está dando de su propia medicina. De todas formas, siempre admiraré a Benzema y como ha sabido adaptarse 14 temporadas en el real Madrid del que ha salido por la puerta grande y a hombros.